En la Villa 26, ubicada en Barracas –entre el Riachuelo, Perdriel y Puente Bosch– residen 215 familias, que fueron analizadas entre mayo y junio de este año, especialmente menores de 6 años, embarazadas y adultos mayores de 60. En aquellos hogares donde algún menor de 6 años presentó valores de referencia para los tóxicos evaluados, invitaron a participar de un análisis toxicológico a todo el grupo familiar. "Se completó vacunación a todas las personas que lo requirieron", indica el informe. De 126 niños evaluados, el 14,3% obtuvo un diagnóstico nutricional anormal y el 18,5% está anémico. A su vez, el 45,5% de las embarazadas estaba con sobrepeso y el 37,5%, anémicas. Todas fueron derivadas. El 9,4% de los adultos mayores está con riesgo de malnutrición, el 3,1% ya está desnutrido, el 7,4% con anemia y el 12% presentó "un probable deterioro cognitivo". Para evaluar niveles de plomo en sangre capilar (ug/dl), tomaron como valor de referencia 5ug/dl. El 17% de los niños presentó resultados superiores, y un 2% mostró valores arriba de 10ug/dl. Del grupo con plomo en sangre, el 44% es menor a tres años. Otro componente que mostró valores altos es el benceno. El 43% tuvo resultados superiores a los de referencia. Uno de los mayores problemas que sufre la Villa 26 es que, mientras persisten los valores de contaminación, se retrasa su relocalización. En la resolución del 22 de febrero de 2011, el juzgado interviniente en la causa "Mendoza" del Riachuelo, dictaminó el traslado de las 215 familias de ese asentamiento que, a diferencia de la Villa 21-24, deben irse en su totalidad, porque todas las casas se ubican en el Camino de Sirga. Para 64 familias el destino era el predio de calle San Antonio 721/751, con fecha límite el 15 de julio de 2012. Otras 125 al de calle Luzuriaga 837, antes de la misma fecha. Y las 26 familias restantes tenían que estar mudadas al predio de calle Lacarra 2049 antes del 1 de julio del año pasado. Pero, hasta el momento, ni una familia fue relocalizada. Los niños y embarazadas que superaron los valores de referencia fueron derivados al CESAC 16 y a la Unidad de Toxicología del Hospital Elizalde. Ese es otro punto resaltado como dificultoso por Moreno en lo que respecta a las relocalizaciones.