Si bien varios asentamientos se localizan allí donde el mercado inmobiliario no tiene un interés para desarrollar emprendimientos privados, dada la cada vez más escasa disponibilidad de tierras urbanas, la mayoría de los asentamientos de esta Ciudad comienza a encontrarse en terrenos que pueden resultar cada vez más atractivos para las inversiones. Por ello, es fundamental analizar el rol adoptado por el Gobierno local en este conflicto de intereses y las consecuencias que estas posturas tienen en la resolución o profundización de la problemática presentada. El caso de la Villa 31, recientemente en discusión por las declaraciones de la Diputada Nacional Gabriela Michetti (PRO), es un emblema del conflicto de interés que puede suponer el uso de las tierras urbanas. Ubicada frente al río en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires, la Villa 31 siempre fue un espacio de interés para desarrolladores urbanos. Si bien en la década del ’90 se intentó avanzar en la reutilización de estos terrenos mediante el desalojo de sus habitantes, esto tuvo que posponerse por la resistencia de sus vecinos.